Daniel
Alberto Morales supo jugar en Huracán Corrientes y Sportivo Corrientes
y, si bien, su futuro no estaba destinado a vivir del fútbol porque lo
practicaba más por una pasión que por otra cosa, un accidente laboral en
2012 hizo que su vida dé un giro de 180 grados.
El defensor tuvo que dejar de jugar en
la Liga Correntina cuando sufrió un accidente laboral. Mientras intenta
terminar la rehabilitación para poder colocarse una prótesis, empezó a
probar esta “nueva” modalidad en Curuzú Cuatiá. Desde allí regresó con
la intención de colaborar para que esto sea una opción para aquellos que
sufrieron alguna amputación.
A los 27 años tuvo que olvidarse de
correr como lo hacía desde niño -ya que a los 5 empezó sus primeros
pasos en el “azulgrana”- y afrontar una realidad para la que no todos
estamos preparados pero con valor, supo enfrentarlo para seguir viviendo
“por mi señora que estaba embarazada de tres meses de mi primer hijo”.
Hace poco tiempo fue a Curuzú Cuatiá para entrenar con la selección
correntina de amputados, que estaba compuesta también por jugadores de
Concordia. Luego, regresó con la misión de organizar un encuentro -que
se inició ayer y finaliza esta mañana en cancha de Sportivo- para poder
involucrar a más interesados y mostrar la modalidad en Corrientes.
“Los pioneros son Mauricio Ortiz, que es el que banca todo cuando vamos a
Curuzú Cuatiá, y los jugadores de Concordia”, dijo en varias
oportunidades pero fue el encargado de moverse con Desarrollo Humano
para poder arrancar desde cero.
“Me llamo Daniel Alberto por Passarella… el fanatismo de mi viejo lleva a
eso. El Alberto no me ayuda”, dijo entre risas mientras confesaba su
fanatismo por River. Tiene un hijo, Salvador, y “Simón está en camino.
Salvador tiene nueve meses y mi señora ya está de cinco”.
Estudió abogacía pero terminó Tecnicatura en Administración de Empresas
en 2010. Por ahora está licenciado por rehabilitación ya que aun no
puede ponerse una prótesis. Mientras tanto, es DT de la Sub 17 de
Sportivo, busca ocuparse y el sueño de formar la Asociación de Fútbol
para Amputados es una buena idea.
Una nueva modalidad
-¿Cómo surge esta idea de empezar el fútbol para amputados?
Hace unas semanas fui a Curuzú Cuatiá y empecé a hacer fútbol de
amputados. Pensé que estaban organizados pero en realidad se juntan por
las ganas de jugar que tienen. El grupo tiene jugadores de Concordia que
iban a hacer el aguante al único de Curuzú. Van desde allí a Curuzú
para juntarse a entrenar porque participan en el Nacional que se juega
cada dos meses.
Con Claudio Núñez me fui a mirar, estuvimos y vimos que están lejos de
una organización y acá, en Corrientes, menos. Ellos, siendo mayoría de
entrerrianos, se presentan en los campeonatos como selección correntina
de fútbol.
Como soy el único de Capital, me dijeron para que me mueva acá y me
acerqué a Desarrollo Humano. Presenté una nota para que puedan venir, se
les cubra alojamiento y comida, y aprobaron. La idea es acercar gente
este fin de semana, de cualquier edad, que lamentablemente haya tenido
una amputación, y que les guste y se inserte a través del deporte.
-Encontraste respuestas entonces…
Sí, en la semana me comuniqué con Mercedes González que maneja casi
todo, y me enteré que ella tiene hasta los bastones y que está armando
la personería jurídica para presentarse en los campeonatos.
Por un lado está bien porque hago venir a un grupo de chicos, y sin
querer se dio que empezó a aparecer gente: hay un par de Chaco; de
Corrientes hay tres o cuatro chicos; Claudio (Núñez) también está
reclutando… por lo menos para hacer un partido y que se vea en qué
consiste el juego va a servir. Ella, todo lo que sea para discapacitados
lo hace. Incluso, ella es la pionera en el básquet. Me sorprendió
porque cuando fui a preguntar nadie me dijo que ya había un grupo.
-¿Cómo es jugar al fútbol con una pierna menos?
Fue chocante. La pasión por jugar, volver a ponerte un botín, con una
sola pierna, saber que no era así antes… es difícil, cuesta pero por
otro lado, la “fiebre” lo puede todo entonces salís y arrancás de cero.
Futbolísticamente empezás de cero porque podés pegarle bien a la pelota
pero te tenés que acostumbrar a los bastones, la estabilidad, correr,
cómo te duele la mano, el hombro y después te acostumbrás. Te cuesta.
Se juega en cancha de siete jugadores, en césped, como el campeonato
Nacional que se jugó en el “Mario Kempes”. Córdoba tiene un equipo
bastante profesional que tiene apoyo en bastones, indumentarias,
botines… lo básico.
Hay unos bastones especiales para jugar, cuando acá se juega con lo que
tienen. Te apoyás con los bastones y le pegás con el pie. Trasladás y
pateás. Todo es normal, lo único que cambia es la amputación que tenga
algún muchacho. Los mancos van al arco, por regla, porque tener las dos
piernas marcan la diferencia, por eso.
-¿Requiere algún entrenamiento especial?
Sí, tenés que prepararte. Soy nuevo, nos juntamos y me enseñaron que hay
un mecanismo para correr, con un pasito para la velocidad. En mi caso
me quedó la pierna hábil pero Claudio Núñez era derecho y por la
amputación le quedó la zurda.
Pero practicando le agarrás la mano porque hay uno de Concordia que
pensé que era zurdo por lo bien que le pega pero no. Es como cuando
tenés cinco años, todo se puede aprender.
-¿Y cómo te preparás físicamente?
Es parecido al futbolista profesional: trato de correr con los bastones,
agarrar estabilidad o giro, trabajar más los hombros y las manos.
-¿En qué lugar conociste esta modalidad?
Aprendí en Curuzú Cuatiá. Ellos se juntan a entrenar porque la idea es
que el 24 se participe del Nacional que se juega en el “Mario Kempes”.
Hay equipos de Córdoba, Rosario, Santa Fe… se presentan por clubes o por
selecciones.
Como hay un margen de dos semanas dije que iba a averiguar. Si podemos,
vamos, sino por lo menos entrenamos este fin de semana. Ellos van
seguro, yo si puedo también iré a jugar.
La Meta
-¿Cuál es el objetivo?
Llegar lo mejor preparado posible para jugar el torneo y el que vaya
este fin de semana, si quiere, podrá ir. Lo primero que queremos es que
se conozca la modalidad; después, si podemos conseguir para el
transporte y algo de viáticos para mantenernos allá mejor porque allá
tenemos alojamiento. Yo quiero proponer para hacer un tour cada tres
semanas y recorrer el interior de la Provincia porque hay gente amputada
que puede acercarse.
Todo es de cero porque otro tema es la Personería Jurídica; además está
el Consejo Provincial del Discapacitado (COPRODIS) y ellos te asesoran.
La idea es poder formar la Asociación Correntina de Fútbol para
Amputados, que quede asentada y a medida que pase el tiempo que se
acerque la gente.
-Y todo esto sirve como una ayuda anímica…
Sí, es un cable a tierra como en cualquier deporte. Me pasó en el
básquet, que fue lo primero que hice. Fui a los tres meses de mi
accidente y me encontré con una persona que es parapléjica como
Guillermo Cuna, que puede mover los brazos únicamente, y se va a
entrenar. Es increíble, se maneja solo, tiene su auto… y vos decís “si
este tipo le mete para adelante… yo no me puedo quedar”.
No tengo tiempo y no pienso mucho en cosas malas, tan solo que no puedo
jugar a la pelota. Ojalá el día de la mañana pueda caminar bien y jugar a
la pelota con mis hijos. Por ahora es chico y tengo mis amigos que solo
hablan de fútbol y es difícil. Hay veces que, cuando voy a ver a mis
compañeros me cuelgo 10 minutos porque me da bronca y me pregunto por
qué estoy afuera; o daría cualquier cosa por volver a jugar un rato.
-¿Te hace mal ir a ver el fútbol de la Liga?
No, no me atrae. Cuando jugaba me daba cuenta que era muy pobre nuestro
fútbol. Voy a ver a Sportivo porque ahí juegan mis amigos y me dio
muchas cosas.
El día que la cambió la vida
-¿Qué recordás de tu accidente? ¿No te hace mal hablar de eso?
Fue el 20 de noviembre de 2012. No me hace mal. Me acuerdo de todo,
estaba controlando una descarga, leyendo un remito para ver qué es lo
que se iba a descargar en una casa y cuando me doy cuenta un camión pasó
muy cerca. Yo estaba arriba de uno, pasó el otro, enganchó un hierro y
me hizo una especie de torniquete.
Me arrastró, choco contra el borde del camión en el que estaba y caigo
de espaldas al suelo. Una vez que caí… miré. Me arrancó bastante la
pierna y en ese momento me di cuenta lo que iba a pasar… creo que eso me
ayudó. Fue en Cazadores Correntinos y Chacabuco, a las 10:30
aproximadamente. Fue el momento en el que cambió mi vida.
-¿Y cómo hiciste para superarlo?
Hasta el quirófano llegué despierto. No les dejé que me toquen hasta que
me durmieran, para colmo estaba lleno de cemento. Llegué al quirófano,
firmé un papel y me durmieron. Cuando me desperté -todo entubado- me di
cuenta que ya no estaba. En ese momento no tomé dimensión, y tal vez
todavía no lo hice porque lo veo como una lesión que en cualquier
momento me voy a recuperar.
Tenés tus momentos en los que querés tirar todo a la basura. No de “no
sirvo para nada” pero llorás, te da impotencia… después se te pasa. Por
ejemplo, salís un rato con tus amigos, te vas a la cancha y cuando te
quedás solo te ponés a pensar y te da bronca. Accidentes como el mío no
deben haber muchos, tan solo es no estar en el momento y en el lugar
indicado.
-¿Tu señora estaba embarazada en ese momento?
Sí, mi señora estaba embarazada de tres meses. Cuando estaba tirado en
el asfalto pensé que me moría y me ponía a pensar en ella. Cuando me
desperté le dije a mi mamá que estaba vivo por mi mujer y mi hijo, y por
eso mi hijo se llama Salvador.
Ahí pasé una noche interminable, no se lo deseo a nadie. Dormía 20
minutos y parecían horas. Estuve un día y medio en el Hospital Escuela
en el que me dieron muy buena atención, y después me trasladaron al
Sanatorio del Norte.
-¿Coincidís en que de todo lo malo siempre hay que sacar algo bueno?
Cosas así te hacen respetar mucho más a la gente que tiene alguna
dificultad porque cuesta todo. Lo que hacés habitualmente en un
movimiento, ahora lo hacés en cinco. En mi casa me manejo en silla de
ruedas porque tengo que andar detrás de mi hijo.
También, hay veces que no valorás las cosas y cuando te pasan cosas como
éstas… ves que valen oro. Lo que daría por caminar, por correr… yo
trabajaba hasta las 18, llegaba a casa, buscaba a mi perro y me iba a la
costanera.
-Aceptar es el primer paso
Yo no estoy al frente de todo este movimiento. Tengo mis actividades
porque trato de mantenerme ocupado pero la idea es acercar a la gente
para que conozca y le guste. Les diría que no tengan miedo, que se
acerquen, porque hay gente que se esconde o le cuesta relacionarse o
aceptar y es fundamental aceptar.
Te tenés que levantar y seguir, hay que ir a trabajar, cocinar, hacer
algo… yo me escapo mucho con el humor y cuando estamos con los amputados
nos matamos de risa haciéndonos chistes.
Desde que te pasa es complicado porque te va a quedar para el resto de
tu vida. Vas a tener una prótesis pero no vas a ser vos; lo tenés que
llevar lo más normal posible sino… te comen los piojos.
FICHA TÉCNICA
Nombre completo: Daniel Alberto Morales.
Lugar y fecha de nacimiento: Corrientes, Capital; el 31 de agosto de 1984.
Edad: 29 años.
Familia: su esposa es Romina y tiene a Salvador (9 meses) y otro varón en camino.
Trayectoria: jugó en Huracán Corrientes y Sportivo Corrientes. Obtuvo dos campeonatos oficiales con Huracán.
Ocupación: DT de la categoría sub 17 de Sportivo y
continúa de licencia por rehabilitación en la empresa de materiales de
construcción para la que trabaja.
Huracán y Sportivo, sus equipos
Desde los 5 a los 21 años jugué en Huracán con el que gané dos títulos
oficiales. Dejé cuando llegó Pedro Dechat. A esa edad ya tenía que
colaborar, conseguí un trabajo y dejé de jugar. Empecé a trabajar y
estudiar, y desde los 24 hasta los 28 estuve en Sportivo. Estaba por
volver cuando pasó lo del accidente.
¡Jugué en un equipo de Huracán en el que “Oscarcito” (Oscar Gómez)
volaba! Estaba bien rodeado porque tenía a “Mose” (Gabriel Mosevich) y
“Manza” (Miguel Benítez). Creo que García o Vallejos estaban al arco;
Pablo Almirón, Borda, Giménez, Diego Pérez, Mendoza, Alberto Cardozo,
“Seba” González y Jonathan Sosa.
Ganamos un Oficial y un Preparación; y después para el Oficial siguiente
ya éramos un desastre: se fueron todos… yo llegaba con cemento después
de trabajar ¡Gerardo Borda con pintura y “Pantera” Ruiz Díaz (Héctor)
después de descargar cemento! Si no me equivoco, en el último partido
que jugué perdimos 5-0 y le hicimos figura al “Flaco” Romero (Carlos
Emanuel).
Cuando dejé de jugar en Huracán fui a Sportivo. Ellos fueron a buscarme,
pagaron mi pase y me consiguieron una beca porque estaba estudiando. El
año del ascenso de Sportivo, mis compañeros formaron con una bandera
que decía “Fuerza Gula”, después de mi accidente, en un partido contra
Huracán.
Rescato la unidad del grupo, es un club del que te hacés hincha porque
hay mucha gente buena. Siempre hay buen humor. Ahí jugamos con los Chena
(Alejandro y Ricardo) y estaban Jacinto Ibáñez, Cristian Escalante, el
“Chino” Miguel Ferreyra, Bruno Torres, Blanco, Esteban Zamudio, Pablo
“Saviolita” Escalante, Ariel Morales… éramos una linda comparsita.
Fuente: Diarioepoca - Por Gonzalo Contreras Ortiz
Fuente: Diarioepoca - Por Gonzalo Contreras Ortiz
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