sábado, 4 de junio de 2016

Las Mil y su primer campeonato

Malvinas 1536 Viviendas superó a San Martín 83-67 y se consagró flamante campeón del certamen de pretemporada, donde estuvo en juego la Copa “Secco”. Amado Ramírez 27 goleador del juego y Javier Lagraña 24 fueron sus mejores valores.


El presidente de la ABCC, Guillermo Gómez, hizo entrega de los trofeos junto a directivos de la firma auspiciante. Javier Lagraña fue elegido jugador MVP de la final y Amado Ramírez, el jugador más correcto. Un nutrido público le dio el marco adecuado a la definición del torneo.

De la mano del interminable Javier Lagraña, junto a un equipo con valores de experiencia, Malvinas 1536 Viviendas superó a San Martín 83-67 y se consagró por primera vez en su historia flamante campeón del certamen de pretemporada de la ABCC. En la oportunidad estuvo en juego la Copa “Secco”.

Un equipo que puso garra y corazón a lo largo del juego y que terminó superando con claridad y autoridad a una formación que solo le hizo frente en los primeros tres periodos del juego, pero que no tuvo el temple necesario en los tormentosos momentos de la justa deportiva.
Malvinas, bajo la conducción Juan González, en un juego equilibrado en los tres primeros tramos, confiaba plenamente en la experiencia de Lagraña y los estiletazos que proponía Amado Ramírez, como sus principales armas si se quiere, para empezar a desmoronar la resistencia de un equipo que buscaba en la velocidad de sus jóvenes valores complicarle la noche.
Sin embargo en el contexto general, Malvinas ofrecía un juego sólido, donde por momentos con buena circulación de balón empezaba lentamente a adueñarse de las acciones, más allá que esa propia ansiedad de querer cerrar la historia, le jugaba en contra en forma de pérdidas de balones no forzados, lo que le daba cierto aire al rival.
 
Quizás por ello sufrió más de la cuenta, hasta llegar al último segmento del juego, donde desde el inicio y bajo el incesante aliento de su hinchada, que copó ampliamente la parada en la fresca noche correntina, le dio un corte y apretó el acelerador.
Lagraña  no perdonó desde el perímetro y junto a Ramírez que asestó el golpe final con sus versátiles movimientos, lastimando el cesto rival, el equipo de la populosa barriada definía la historia varios minutos antes, para junto al sonido de la chicharra desatar toda la emoción contenida y al grito de dale Campeón, dale Campeón, culmine una de las más maravillosas noches de su historia deportiva.

Diario Época

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