El domingo pasado al mediodía en el playón del Yacht Club Corrientes, las autoridades, socios y familiares del club de vela correntina, realizaron un acto sencillo pero muy emotivo, en el que celebraron la adquisición de una nueva embarcación de apoyo para las clases de vela ligera. Un gomón que fue adquirido con fondos propios del club y que sirvió para brindar un merecido homenaje a un hombre que entregó siempre su tiempo, dedicación y mucho sacrificio para las actividades del club. Nos referimos a Rubén San Martín, un genuino colaborador del club que entregó mucho de sí para el crecimiento y la vida cotidiana de esta prestigiosa institución correntina.
Con la presencia de sus hijos y esposa,
Rubén descubrió las placas que estaban estampadas en la nueva embarcación y que
bautizaron con el nombre de “Don Rubén” a esta lancha que ahora acampañará al
desarrollo de los jóvenes nautas que vienen creciendo en el deporte de la vela.
Y justamente están a cargo de su hijo, Rubén San Martín, junto a un grupo de
colaboradores.
Este es un claro apuntalamiento en materia
de infraestructura para las generaciones que vendrán.
Su señora esposa fue la encargada de hacer
el bautismo de rigor a la embarcación y su hijo junto a los jóvenes timoneles
de la clase optimist, los encargados de realizar la botadura de la flamante
embarcación. El titular del Yacht Club Corrientes, Diego Gutnisky abrió la
ceremonia, con unas sencillas palabras de agradecimientos a los presentes, a los
socios por el aporte que se ven en obras para el desarrollo del club y elojió
la entrega y el sacrificio de “Don Rubén” que se lleva un merecido homenaje de
sus pares del club al que le entregó mucho tiempo y dedicación. Un hombre que ha
pasado y continuara, sin dudas, pasando horas en el club brindando su
conocimiento y experiencia en todo lo relacionado con la actividad.
Finalmente todos los presentes se fundieron
en un fuerte aplauso, tras las palabras de agradecimiento y conmoción de un
humilde colaborador del YCC, como lo es San Martín, y tras la botadura, los
jóvenes nautas e incluso Rubén con su familia hicieron las primeras prubas de
la embarcación en las aguas del Paraná, que son testigos de su sacrificio. Y la
emotiva ceremonia se cerró con un almuerzo entre todos los presentes.
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