Federico Gallardo, y un sueño de selección

Federico Gallardo es una de las más firmes promesas del tenis de mesa de Regatas, de Corrientes. Con 16 años ya juega en Primera en el Provincial de Chaco, después de un crecimiento sostenido ganando las categorías Tercera 2013 y Segunda 2014. Ahora sueña con llegar a la Selección.

Juega desde los 11 años y comenzó como con todo niño, como un divertimento con los padres. Federico Gallardo es uno de las promesas del tenis de mesa correntino y, con 16 años, forma  parte de un grupo jóvenes con proyección, plasmado en los resultados obtenidos en os certámenes nacionales y regionales jugados en los últimos dos años.

Ese grupo de una docena de jóvenes jugadores trabaja, entrena y ensaya un futuro nacional, conducido por un conjunto de deportistas con experiencia que representan mucho más que entrenadores y técnicos.

Gallardo, como todos sus pares, tiene mucho por decir, y mucho más por conseguir.

- ¿Por qué jugas al tenis de mesa?

- Yo juego porque me gusta. Empecé en Mendoza con mi papa y mi abuelo y me gusto. En Corrientes empecé a venir a jugar con un amigo, tenía 11 (ahora tengo 16) y había un equipo donde se podía entrar. Me puse un objetivo y seguí.

- ¿Hasta dónde pensas llegar?

- La verdad que nunca pensé que podía llegar adonde llegue, y todavía me falta. Ahora cumpli con la oportunidad de practicar con un entrenador nacional.

- ¿Cómo fue al principio?

- Tenía como objetivo ganar torneos internos y ahora pasó todo, salí campeón en Chaco y en Corrientes.

- ¿Y con este presente cuál es tu objetivo?

- La verdad que no tengo un tope, sí lo máximo que pueda hacer. Me gustaría jugar con la selección. Sueño con jugar con la selección.

- ¿Qué encontraste en el Regatas?

- Conocí buenas personas que me enseñaron a jugar desde chico y tengo amigos que juegan conmigo. Les digo a los chicos que vengan a jugar. Pensaba que era un pasatiempo y después me di cuenta que no, que es un deporte muy competitivo.

Con mix entre experiencia y juventud, el tenis de mesa regatense infunde optimismo para un futuro promisorio y cercano. Los logros comienzan a aparecer como frutos de un árbol abonado de esfuerzo y dedicación. Si bien todavía no se logró el salto de calidad para estar en los primeros lugares con otras federaciones, no resulta menor que los ojos nacionales comiencen a observar el rendimiento correntino.