Leo
Mayer y Guido Pella impusieron su jerarquía sobre los locales, que
presentaron al 308° y 602° del mundo; este sábado el dobles, a las 9, hora
de nuestro país
Mejor, imposible.En su momento, cuando se supo que el rival argentino de la primera rueda de la Copa Davis 2016 sería Polonia, con el poderoso sacador Jerzy Janowicz y sobre cancha rápida y de piques bajos, pocos se animaron a hacer pronósticos. Si bien el conjunto europeo haría su debut en el Grupo Mundial, no se presentaba como un rival accesible. Pero algunas cosas fueron sucediendo en el camino. Janowicz, con la rodilla derecha lastimada, finalmente no participó de la serie. Michal Przysiezny, habitual single 2, llegó con poca actividad por padecer dolores en la espalda. El equipo nacional siguió haciendo su trabajo, sin miradas periféricas y tratando de adaptarse a las placas de madera con pintura acrílica del Ergo Arena. El grupo se cerró, se fortaleció. Y el primer día no pudo haber resultado mejor. La Argentina se adelantó 2-0, después de los triunfos de Guido Pella (debutó en la competencia) ante Przysiezny por 6-1, 6-4 y 7-6 (5), en 2h03m, y de Leonardo Mayer frente a Hubert Hurkatz (19 años, 602° del ranking) por 6-2, 7-6 (3) y 6-2, en 2h05m. Así, la Argentina quedó a un punto de permanecer en la elite, algo que ostenta desde 2002 (hoy, desde las 9 de nuestro país, se jugará el dobles, el punto más fuerte local: Lukasz Kubot y Marcin Matkowski frente a Carlos Berlocq y Renzo Olivo).
Pella, que saborea el tramo más interesante de su carrera (es 42° del tour), se lució en su primer partido en la Davis. Ya había representado a la Argentina en torneos juveniles, pero aquí, cerca del mar Báltico, tuvo su bautismo de fuego. Y aprobó con un 10. Pareció que hubiera jugado toda su vida la Copa Davis, como si tuviera en el cuerpo más de 20 series. Przysiezny, todo un referente del equipo europeo (17 series disputadas), se fue derrumbando de a poco. Es verdad que, en la actualidad, ambas carreras no tienen comparación, pero hay muchos casos que afianzaron que la Davis es totalmente distinta al ATP World Tour y que pueden suceder batacazos. "Tanto Guido como Leo se han preparado muy bien para la serie. Guido llegó en su mejor forma y era importante ver si podía tener continuidad. Se hizo cago y pudo hacerlo. No es tan sencillo. Debutó con categoría", celebró el capitán Daniel Orsanic.
Suelto, con autoridad y piernas eléctricas, con precisión en el saque (15 aces y 83% de los puntos ganados fue con el primer servicio) y pimienta para tomar decisiones, Pella derrumbó a Przysiezny desde el inicio, cuando se adelantó 5-0. Lo obligó a moverse de un lado al otro en un court muy rápido, en el que la pelota pica muy baja y se dispara. Przysiezny sumó 54 errores no forzados, contra 28 de Pella. Sin embargo, luego confió que ayer vivió una noche "muy difícil" y que no le fue sencillo conciliar el sueño por los nervios. "Cenamos más temprano de lo normal por pedido de Leo (Mayer) y mío, pero no sirvió de mucho, porque me acosté, empecé a dar vueltas en la cama, me levanté, prendí la luz, la apagué y nada. Me puse a ver en la computadora una película de Adam Sandler, que me hace reír, pero no dormir. Voy a tener que cambiar el género, alguna que me haga llorar, ponerme triste. Fue imposible dormir", describió el hincha de Olimpo. Y continuó: "Estuve mandándome mensajes con Cachito (Marcaccio, su entrenador), hicimos algunos chistes, pero nada. Hasta que a la una de la madrugada me dormí. Hoy me levanté a las 10 de la mañana y otra vez los nervios: casi que no pude desayunar. Pero después, con el apoyo de los chicos y del capitán, me calmé y gané más rápido de lo que pensaba. Fue una emoción muy grande."
Mayer, asimismo, le arrojó sobre la cancha a Hurkatz su experiencia y jerarquía. En el repechaje de 2014, ante Israel en Sunrise, al correntino se le planteó una situación bastante similar a la de hoy, ya que por la lesión del single 2 titular, Bar Botzer, por entonces de 20 años y 776° del ranking, fue su rival. El argentino recurrió a YouTube para ver videos del juvenil, ya que no lo conocía. Hurkatz, que mide 1,93 metro y es una de las esperanzas de un país que como referencia en el tenis tiene a una mujer, Agnieszka Radwanska (3 de la WTA), mostró un saque poderoso y buena mano en la red, pero salvo algunos momentos de dudas, Mayer sacó a relucir su chapa de jugador copero. Aunque él no lo sienta así y mantenga su perfil subterráneo. "Todavía no soy copero, juego lo que me toca y tuve la oportunidad de ganar los partidos. Ser copero es muy difícil, pero también es cierto que la Davis me da confianza, me gusta, la paso bien. Tuvimos la suerte de que (Janowicz) no jugara, porque juega muy bien los singles", expresó el número 41 del circuito. "La información que teníamos sobre el rival de Leo no era mucha, solamente lo habíamos visto entrenar -reconoció Orsanic-. Sí sabíamos la tendencia que tenía. Pero Leo jugó muy bien, con mucha confianza y soltura".
Mayer, la raqueta número 1 del país, que "entrena" su mente para tratar de asumir y soportar las nuevas responsabilidades que le generó su explosión en el circuito, marcó el ritmo con su saque. Hizo 14 aces, solamente cometió una doble falta, ganó el 83% de los puntos con el primer servicio y llegó a sacar a 245 km/h. Se adaptó de la mejor forma a la superficie. "La cancha es muy rápida realmente, los puntos se pasan rápido, tenés que jugar concentrado y semi agachado. Si se te va un poco la concentración, perdés, porque se van rápido los puntos. Y parece raro, pero es una cancha que te cansa mucho, porque los puntos son explosivos. Pero me fui acostumbrando". Vaya si se fue acomodando. Mayer le puso un moño a una primera jornada ideal para la Argentina, que cuando conoció el sorteo e inmediatamente se vinculó a Janowicz con una pista sobre "hielo" del Ergo Arena, el 2-0 parecía improbable. Pero en la Copa Davis todo puede suceder..
8victorias consecutivas en single de la Copa Davis sumó Leonardo Mayer. Frente a Polonia (Hubert Hurkatz), Bélgica (Steve Darcis), Serbia (Filip Krajinovic), Brasil (Thomaz Bellucci y Joao Souza), Israel (Bar Botzer y Dudi Sela) y República Checa (Jiri Vesely).
FUENTE: CANCHA LLENA
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