viernes, 23 de mayo de 2014

Regatas Corrientes va por más ante Peñarol


Regatas Corrientes y Peñarol de Mar del Plata animarán mañana el segundo capítulo de la final, en una serie pautada a un máximo de siete, de la Liga Nacional de Básquetbol (LNB).


 El partido se jugará desde las 22 en el estadio José Jorge Contte de la capital correntina. Trasmitirá en vivo la señal de cable TyC Sports.



En el duelo jugado en la noche del miércoles, el elenco ‘remero’, primero en la fase regular, se impuso por 86-77, en el marco de un “caliente” encuentro que exhibió dominios alternados.



El equipo de Nicolás Casalánguida apeló a la sabia conducción del base paraguayo Javier Martínez (16 puntos, 4 asistencias) para sacar adelante un cotejo que, por pasajes, se le tornó bastante complicado.



“Desde que Peñarol se clasificó a la final estaba esperando este partido”, expresó el capitán del campeón defensor, una vez concluido el encuentro en zona mixta.



“Fue importante haber ganado pero no se consiguió nada aún. El viernes (mañana) tenemos que ratificar la ventaja para ir a Mar del Plata más tranquilos”, insistió el jugador del seleccionado guaraní.



Regatas supo cerrar mejor un duelo con mucha fricción (ocho faltas antideportivas, seis protagonistas que dejaron la cancha por límite de infracciones), en donde los árbitros aportaron “su cuota” para volver todo más confuso, todo más enredado.



Mientras los dos equipos se dedicaron a jugar, ambos utilizaron sus armas predilectas: el local apostó a la capacidad anotadora de Paolo Quinteros (22 tantos) y a una ráfaga de Nicolás Romano (17, 7 en el primer cuarto) para levantar la cabeza y tomar una diferencia de 9 (42-33), al término del primer tiempo.



En la reanudación, Peñarol tiró en la cancha toda la jerarquía de ese crack llamado Facundo Campazzo y sacó provecho de la mano siempre certera de Adrián Boccia (10 puntos) para meterse, nuevamente, en partido (62-59).



Ya en los últimos 10m., Regatas lució más resolutivo y eficaz, tomó una diferencia de 16 (77-61), cuando restaban 4m. y, con la cabeza más tranquila, se apoderó del primer chico.


 

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