El acto de
apertura fue presidido por el ministro de Coordinación y Planificación,
Eduardo Vischi, acompañado por el secretario de Deportes, Jorge
Lucietti, el director del Centro de Rehabilitación “Valentín Haüy”,
Ricardo Núñez, y el presidente del Club de Regatas Corrientes, Emilio
Lanari.
Vale mencionar la presencia de familiares de los chicos participantes, profesores de natación y personal del Valentín Haüy.
Participaron 21
competidores provenientes de las siguientes instituciones: Centro de
Educación Física Nº 18, Mi Club, Crecer con Todos y el Centro de
Rehablitación “Valentín Haüy”.
La Secretaría de Deportes donó las copas y medallas que se entregaron en la ceremonia de premiación.
Cabe señalar
que la destacada nadadora regatense, Luciana Gómez Devecchi, que viene
de consagrarse subcampeona nacional en Córdoba, fue una de las
encargadas de entregar los diferentes premios, siendo la madrina de la
competencia.
Ganadores de la vida
Por su parte,
Ricardo Núñez, el máximo responsable del Centro de Rehabilitación para
Ciegos y Disminuídos Visuales “Valentín Haüy”, expresó que el “deporte
nos acerca, nos iguala y nos incluye y por eso estamos felices de ver el
grado de participación y compromiso de estos chicos”.
Núñez dejó en
claro que “todos ellos son ganadores, acá no importa quién es primero,
segundo o tercero. El solo hecho de ingresar a la pileta los hace
ganadores de la vida” y acotó: “Este es el primer paso que damos y
aspiramos a que este torneo siga creciendo e incluyendo a más
correntinos”.
Ricardo Núñez
puso de relieve para concluir que el deporte es “inclusión, es apostar a
una vida sana, a una mente sana y a crecer siendo mejores personas. Eso
es lo que queremos para estos jóvenes”.
Proyecto que fue creciendo
A su vez, la
licenciada Silvia Romano, del equipo de trabajo del Valentïn Haüy,
comentó que este proyecto se remonta al año 2006, teniendo en cuenta lo
importante que iba a ser para los chicos aprender a nadar.
“Así,
comenzamos con 6 chicos y el proyecto ha ido creciendo luego de ocho
años”, detalló y luego explicó que “nos fijamos como metas no utilizar
técnicas de ciegos para el nado, sino que se les enseñó la técnica
convencional de las personas videntes, para que la inclusión sea
apropiada”.
“Se les enseñó
movilización, destreza, coordinación y a sortear obstáculos”, prosiguió
Romano, que con suma satisfacción señaló que “el desplazarse solos por
la pileta hizo que los chicos adquieran confianza. Fue un enorme desafío
y la felicidad de los chicos fue el principal parámetro”.
“Por sobre
todas las cosas, apuntamos a que aprendan a adaptarse a la sociedad sin
temores, seguros de sí mismos”, concluyó Romano.
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