En
el Abierto de México, le fracturaron la tibia (con desplazamiento) y el
peroné derechos, por lo que tendrá entre 6 y 8 meses de recuperación. "Mi desafío fundamental es la competencia que le presente a esta pierna", dijo desde la clínica.
La palabra reconforta, relaja la angustia,
calma el nerviosismo y ayuda a mitigar la bronca cuando la mala suerte
se apropia transitoriamente de la historia de un hombre. A Sebastián
Crismanich se lo escucha con ese tono que marca la resignación. Acostado
en una cama de la Clínica Zabala, acompañado por el kinesiólogo
Gregorio Genes y con muchas ganas de hablar para liberar la tensión, el
diálogo con Clarín transcurre manso entre el dolor de un atleta
gravemente lesionado y el optimismo en meterle ganas a la recuperación.
"Nunca me pasó algo tan grave como estas fracturas. Ahora tengo por delante el torneo más largo y más importante de mi carrera",
sintetiza el taekwondista correntino, campeón olímpico en Londres 2012,
que se perderá los Juegos Panamericanos de Toronto porque en el Abierto
de México le fracturaron la tibia y el peroné derechos.
"Como además de la fractura, la tibia sufrió desplazamiento,
me tendrán que operar para colocarme un clavo interno para ayudar a la
consolidación del hueso. Por eso la recuperación demorará entre seis y ocho meses",
cuenta quien fuera merecido abanderado argentino en la ceremonia de
clausura de Londres 2012 y que en julio se perderá llevar la celeste y
blanca en la inauguración de los Panamericanos.
"Hubiese sido muy
bonito tener el premio de ser el abanderado en Toronto, pero ahora debo
apoyar a la delegación nacional que le toque competir. Mi desafío fundamental es la competencia que le presente a esta pierna",
explica sin perder su acento y su cadencia al hablar, sabiendo que sólo
podrá clasificarse a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 si
logra al menos la medalla de plata en el campeonato continental del año
próximo.
Cuando el triniteño Lenn Hypolite le produjo la fractura
en un cruce de la semifinal disputada el sábado, Crismanich sintió algo
que jamás había experimentado: "Me bailaba la pierna. Se me movía todo. Enseguida dije: 'Chau, me quebré todo'. Me ofrecieron operarme en México, pero preferí hacerlo en la Argentina por la atención que recibiré".
-Ahora que estás más frío y en el país, ¿cómo se madura esta grave lesión?
-En
principio, es una frustración. Pero luego tratás de enfriarte para
pensar en positivo, mirar para adelante y superar los plazos que te
dicen los doctores. Aunque el cuerpo decide todo y no se puede ir en
contra de los tiempos de la recuperación. Pueden ayudar mis ganas y mi
temperamento, pero hay procesos que no puedo acelerar porque sería
perjudicial.
Resalta su agradecimiento a las gestiones del ENARD y
de la Secretaría de Deporte de la Nación para agilizar el regreso al
país. Y el apoyo de Weber y Gatorade en la preparación de su ciclo
olímpico. Y no se olvida de todos los colegas que le enviaron la mejor
onda para la rehabilitación: "Se siente muy lindo que los referentes te
manden esa cuota de aliento. A mí me levantaron anímicamente porque
están no sólo cuando las cosas te van bien y sos exitoso, sino sobre
todo cuando estás con la cabeza gacha y más lo necesitás".
Llega
el tiempo del descanso para Sebastián Crismanich. Del descanso y de la
espera hasta la operación. Entonces comenzará el desafío que todo ser
humano debe atravesar en las malas: la lucha con su mente. Será entonces
el momento para que el fuego del campeón olímpico tome temperatura y
cobije la recuperación con optimismo. Como debe ser.
Fuente: Clarín
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