Al año siguiente, la Selección Charrúa repitió la conquista, en su casa. En 1919 llegó el turno de Brasil, también como local. Un año más tarde, Uruguay nuevamente se quedó con el máximo trofeo continental. Finalmente, en 1921 llegó el tiempo de Argentina.
El viejo estadio de Sportivo Barracas fue la sede elegida para los seis encuentros. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay fueron los países participantes, con un formato de juego de "todos contra todos". La Albiceleste se terminó consagrando con cinco goles a favor y ninguno en contra.
El debut fue contra Brasil, con triunfo por 1-0 con tanto de Julio Libonatti, aquel jugador de Newell's Old Boys que, en 1925, fue transferido al Torino de Italia, convirtiéndose en el primer sudamericano en pisar las canchas europeas. Allá tuvo tanto éxito que también fue convocado a la Selección Italiana, para la que convirtió 15 goles en 17 encuentros.
En el otro partido de la primera fecha, el debutante Paraguay dio la sorpresa y derrotó 2-1 al vigente campeón Uruguay. Luego, Brasil se recuperó de la caída ante el local y superó 3-0 a la Selección Guaraní. Argentina, por su parte, volvió a dar una muestra de que aquel sería su año al imponerse también por 3-0 frente a Paraguay, con tantos de Libonatti, Etcheverría y Saruppo.
Más tarde, Uruguay venció 2-1 a Brasil, lo que significaba que con un empate ante los charrúas, la Albiceleste obtendría su primer título continental. Y así fue. El cotejo se disputó el 30 de octubre, ante 30.000 espectadores. Aquel día, Argentina salió a la cancha con Tesoriere, Celli, Bearzotti, López, Dellavalle, Solari, Calomino, Libonatti, Saruppo, Etcheverría y González. Y fue victoria por 1-0 con gol de, quién sino, Julio Libonatti, además goleador del certamen con tres tantos.
De esta manera, Argentina se consagró campeón de la Copa América por primera vez. Aún faltaban muchas páginas doradas por escribir, pero el primer paso ya estaba dado.
Fuente: AFA, Hernán Goldzycher
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