Frente a frente la Asociación de Clubes y la Asociación de Jugadores
dirimen un conflicto que tiende a crecer en lugar de solucionarse. Todos
los estamentos hablan en "nombre del básquet" y por "el bien del
básquet". Las secuelas que pueden dejar las heridas.
La reconquista cristiana de la península fue por territorio, pero
también levantaron las banderas de los ideales religiosos. Cuando una
religión abraza a su Dios y descalifica al otro comienza el
enfrentamiento. Se pueden mencionar miles de ejemplos en todas eras: Los
cristianos tomando Jerusalén ante los ojos de Alá, ofendiendo a los
Musulmanes, Las Guerras de religión en Europa y todos los conflictos
anteriores o modernos.
También nos separa la política, los
ideales de cómo gobernar un mundo mejor. La historia ha visto millones
de muertos por pensar distinto. Pensar distinto en este mundo ha llevado
generalmente a la guerra.
Lo curioso es que ya sea de religión o
política ambos bandos se arrogan hablar en nombre de la verdad, del
verdadero Dios o de las verdades ideológicas de un bien común. La
evolución ha logrado que pensar distinto ya no sea de vida o muerte,
aunque la transformación moderna es el odio y la indignación.
En
nuestro conflicto doméstico, en nuestra Liga Nacional, hay varios
estamentos que piensan distintos y todos hablan del "bien del básquet
argentino". Los caminos ha seguir son diferentes según las posturas.
La
Asociación de Clubes ha emitido este fin de semana un comunicado
arrogándose un derecho bastante particular: la de tener la verdad,
titulando en su editorial "El verdadero problema de fondo".
Todo
esto como respuesta a lo que sostiene el presidente de la AdJ quién en
declaraciones al diario Olé sostuvo sin andarse con chiquitas: "Es un juego de poder en el que ellos se creen los dueños de la Liga".
Como
se ve los clubes piensan que tienen "la verdad del conflicto" y los
jugadores ya han fijado la postura "Ellos los malos y nosotros los
buenos". Es difícil imaginar un diálogo de construcción en futuro. Y
esto es lógico, pensar distinto también origina posturas encontradas.
Las
ofensas generadas dudosamente tengan solución sobre todo si siguen
creciendo. Cuando un jarrón se rompe se lo puede restaurar, pero nunca
jamás será el mismo.
Veamos el problema desde todos los sectores,
porque situarse en el medio de un conflicto de ideales no soluciona nada
(salvo la hipocresía de querer quedar bien con todos).
Los clubes
se han unido como nunca con mínimas disidencias todavía existente en la
nueva dirigencia. Los dirigentes han hablado entre ellos a lo largo de
los últimos dos años los históricos problemas que vienen arrastrando y
eligieron un camino para salir de ellos. La AdC siempre fue de los
clubes pero si hay alguien que "gobernaba" esa entidad, justamente no
eran los clubes.
Hoy los jugadores se han unido como nunca ¿Qué
nunca habían combatido así? Eso no importa, siempre hay una primera vez y
si los clubes se unieron ¿ Por qué los jugadores no podrían hacerlo?.
No
podemos olvidar que lo que rodea al conflicto son las formas. Porque es
parte del ADN del argentino la crítica de las formas por sobre el
núcleo del problema. Se utiliza la palabra "consenso" o "convencimiento"
habiendo salteado el paso previo: el debate.
No se puede llegar a
un consenso sin haber pasado por una firme exposición de argumentos.
Porque el consenso no es acceder a las pretensiones del otro sino
acceder a las mejores pretensiones, luego de una clara exposición de los
argumentos que involucran al caso.
La Asociación de Jugadores
acusa a toda voz de falta de consenso. Hoy la postura radicalizada se ve
de una sola manera: lo que debe hacer la AdC es otorgar los puntos o
nada. Porque del "consenso" que busca la AdJ está bastante lejos.
Y esto nace por la falta de diálogo, por falta de debate. "Estábamos
hablando, se levantaron de la mesa se fueron sin decir nada y a la
semana se sacan una foto para que comience la veda, es inexplicable por
parte de ellos ese accionar cuando buscaban diálogo" se quejó el presidente Borro.
En dicho sentido otro dirigente de la AdC le dijo a Pick and Roll "Cuando
nos juntamos a la AdJ no se le cayó una idea, ni intentaron un borrador
distinto buscando arrimar posiciones. Es interesante ver que los puntos
que están bien son todos los que accedimos y los que no dan ellos como
arreglados son los que tienen una salida o intenso de solución por
nosotros"
Por su parte Stura contraataca en la citada nota de Olé: "Rompamos,
desgastemos, erosionemos, dividamos, debilitemos el poder, la lucha.
Estas son muletillas que se ven mucho en esta conducción de la AdC. Que
yo sepa, la Liga no es una guerra, pero parece que sí".
A esta altura el hincha del básquet se pregunta ¿Cuál es el conflicto?
Es
la misma pregunta que hicieron algunos dirigentes de la AdC. ¿Extraño,
no?. Los dirigentes aducen que no hay nada que pueda impedir levantar la
veda, porque fueron desarrollados en buenos términos casi todos los
puntos que propusieron. Consultado Sergio Guerrero, de la Mesa Directiva
sostuvo: "Hay un mail de Stura que hace un cheq list de la situación
y quedaban 4 temas del contrato y el kinesiólogo. Por suerte está
escrito y es una alivio. En el tema de los kinesiólogos hacemos lo que
él propone, en los 4 puntos arrimamos posiciones y el más significativo,
el de las lesiones, ponemos el articulo desarrollado por el abogado de
ellos, en verdad ya no sé cual es el reclamo".
Por su parte, el abogado de la AdJ, Carlos Montesano, sostuvo al diario Olé "El
contrato se pensaba para darle una cobertura, formalidad y seriedad
impositiva que realmente es necesaria. Bastaba con lo económico y la
forma de pago, esos son los puntos que la AFIP revisaría en caso de
inspeccionar. Pero un contrato con las cláusulas que se agregaron no le
da seguridad jurídica a los jugadores ni se reconocen los derechos del
trabajador".
Allí radicaría la parte principal del desacuerdo
total. Los jugadores quieren un contrato de trabajo que es amparado por
las leyes laborales, situación que los dirigentes sostienen que es
imposible jurídicamente porque la AdJ no es un gremio constituido y no
tiene representación sindical, y es inevitable hacer un contrato de
locación de servicio que indefectiblemente cae en la leyes civiles.
Si
este es el punto en cuestión para tratar de destrabar el tema nos
tenemos que sentar a esperar tranquilo porque el tema va para largo.
Por
lo pronto el enfrentamiento sigue. No está para nada mal que haya un
conflicto, porque es una gran chance de salir mejor, crecer, encontrar
mejores caminos para los clubes y para los jugadores subsanando viejos
problemas de una Liga desprolija.
En el conflicto solo hay algo
que no deben hacer: tener la mirada religiosa de enamorarse de sus
convicciones. Debatir mucho, proponer mejores argumentos, escuchar y
decir todo lo que se tienen que decir. Si en verdad ambas partes cumplen
con el slogan que proponen que "Nadie quiere el mal de nadie", entonces
que empiecen a debatir en serio.
El mundo ha vivido de
enfrentamientos. Si en verdad evolucionamos como sociedad, no tenemos
porque tenerles miedo a pensar distinto.
Fuente:PickandRoll - Pablo Tosal
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