No hay comparaciones cercanas con este
formidable campeón que se consagró hoy. San Lorenzo superó en el 5to
juego de la final a Regatas Corrientes 94-59 evidenciando una
superioridad abrumadora.
Se activa la memoria, la propia, la ajena. Se activan las comparaciones para los memoriosos, para los que gustan de las estadísticas. Este San Lorenzo te obliga a releer los libros de la Liga para encontrar un lugar donde anclarse y establecer una opinión que sea justa.
Porque los adjetivos llegan con facilidad:
contundente, formidable, abrumador, lujoso, perfecto, completo… por ahí
vamos bien. Pero inmediatamente hay que ponerse la pilcha de periodista y
decirlo con claridad: Desde que el básquet moderno se instaló entre
nosotros (el del dinamismo, atlético, del 4 abierto y rotación larga)
San Lorenzo fue el mejor de todos. Incomparable.Se activa la memoria, la propia, la ajena. Se activan las comparaciones para los memoriosos, para los que gustan de las estadísticas. Este San Lorenzo te obliga a releer los libros de la Liga para encontrar un lugar donde anclarse y establecer una opinión que sea justa.
El básquet no es una regla de tres simple, el deporte en sí no lo es. Son circunstancias que afectan la vida de “ese” partido. Los equipos argentinos nos han demostrado a lo largo de la historia que saben reponerse de ausencias. Que encuentran en la estrategia y en la táctica la forma de disimular dificultades. Regatas Corrientes no pudo disimularlas, su rival no lo dejó. No hubo partido, lo sacó de la cancha y presionó sobre la herida y sobre el cuello del rival hasta no dejarlo respirar.
La defensa como construcción de todo lo bueno, la defensa como estandarte, la defensa como símbolo de un equipo lleno de estrellas que se arremanga y labura como obreros que necesitan trabajar horas extras para vivir. Eso fue este San Lorenzo de Julio Lamas.
La defensa que tuvo casi siempre las acciones defensivas de 2 x1 al hombre en acción, cada fulano que fuera para el canasto era seguido por atrás y por delante. Tirarle una bandeja a San Lorenzo en el ataque estacionado era una utopía. Y el campeón juntó este año 5 jugadores que juegan por arriba del aro: Sandes, Meyinsse, Deck, Mata y Calfani ¿Qué otro equipo tiene eso? Y lo usaron, lo trabajaron, lo mostraron, ejecutaron con voracidad de pobres.
Cuando un equipo defiende como San Lorenzo lo hizo es muy difícil ganarle. Pero cuando ataque como lo hizo este equipo de Lamas es imposible. Tropezó en el tercer partido solo para demostrar que errar es una virtud humana que te prepara para la superación y la excelencia.
Será el momento de pedir disculpas porque no tiene sentido contar una crónica de un juego que no tuvo equivalencias. No es necesario, no agrega nada saber la cronología de los 40 minutos de gestación, hay que mostrar al bebé. San Lorenzo en estas finales fue el “todo” y esta última crónica del año se va en el mismo sentido, aplaudiendo de pie ese “todo”.
Esta extensa y desgastante Liga Nacional ha llegado a su fin. Nos regaló mil emociones y un súper campeón. Este San Lorenzo que por obligación de la memoria emotiva deberá quedar en el recuerdo de todos.
Fuente: Pickandroll.com.ar
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