miércoles, 3 de junio de 2015

“Nací y voy a morir haciendo taekwondo”

El correntino Ariel “Duende” Ibarra es uno de los referentes a nivel mundial del taekwondo ITF. Su vida deportiva le dio muchas satisfacciones y él lo devuelve con enseñanzas. Es actual campeón mundial y el año que viene quiere repetir la corona. Tuvo su momento como “jugador de rugby” y sufrió al dejarlo.


-¿Qué lugar ocupan las artes marciales en tu vida?
Las artes marciales son todo en mi vida, desde que nací. Es algo que me marcó y es algo que intento ponerle pasión y hacerlo cada día más interesante. Es todo.
-¿Pensás que estas disciplinas han ido mejorando en los últimos años?
Totalmente, creo que creció mucho en los últimos años. Hace cinco o seis años hizo un “boom” y la cantidad de competidores de nivel que aparecieron en Argentina hizo que tengamos competencias más seguidas y que la gente se interiorice o sepa más sobre las artes marciales.
-¿Creés que el taekwondo ITF tiene la difusión que merece?
Obvio que todo sirve y en Corrientes vamos de a poco. Tengo mi gimnasio donde hay dos campeones mundiales y actualmente conmigo practican otros dos chicos que pertenecen al seleccionado nacional, tanto en taekwondo como kickboxing. La gente de los gimnasios en Corrientes trabaja muy bien y no tenemos nada que envidiar a Buenos Aires u otras plazas fuertes.
-¿Hay prejuicio al pensar que algunas artes marciales son disciplinas violentas?
Sucede mucho eso, pero sabemos que es porque no conocen la disciplina. Dicen cosas que no tienen mucho que ver con esto, lleva mucha técnica y preparación. Además es algo que sirve mucho para la preparación técnica, física y mental de los competidores. Pero el prejuicio va a ir cambiando a medida que se hagan más conocidas estas artes marciales.
-¿Con qué comparás el haber representado al país y ganado en el exterior?
Es algo hermoso, lo puedo comparar con pocas cosas y muy lindas. Una de las más importantes es el nacimiento de mi hijo y eso es lo primero y más lindo, pero siempre trazo una alegría paralela llevándolo al deporte. Levantar la bandera argentina en lo más alto. Representar a Argentina y ganar fue lo máximo. Saber que tuviste que recorrer mucho para llegar hasta ahí y entender que hay mucha gente que alienta por vos, es increíble.
-¿Te tocó decidir alguna vez entre el rugby y el taekwondo?
El rugby es una de mis otras pasiones de mi vida deportiva, inclusive porque me llevó a poder jugar con mis hermanos. Pero en un momento exacto de mi vida tuve que decidir, sabía que nací haciendo taekwondo y voy a morir haciéndolo, pero recuerdo que sufrí mucho al dejar de practicar rugby.
-¿Qué sueños te quedan por concretar?
Me queda repetir el título mundial de taekwondo que es el año que viene en Inglaterra, es algo que me desvela. Quizás porque sé que será el último para mí. Además, otro sueño que tengo es llegar a la UFC (competencias de MMA), que es algo que comencé hace poco tiempo y lo estoy llevando muy bien y estoy invicto.
-¿Inculcás todo esto a tu hijo o dejás que decida sus gustos deportivos?
Yo le voy inculcando más que nada los valores que tienen las artes marciales, pero el va creciendo dentro del gimnasio y voy a dejar que elija. Desde que nació va al gimnasio y no tuve que decirle nada para que hace dos años comience a practicar taekwondo. Verlo crecer dentro del gimnasio, formándose en forma sana es muy lindo.
¿Qué cosas de las artes marciales te entristecen?
Me pone muy triste que no haya gente capacitada y lo tome a esto sólo como algo comercial. No están preparados y llevan a alumnos a competir sin preparación, se lastiman y terminan largando. Eso me da pena, porque no terminan encontrando la verdadera esencia de la disciplina.

Fuente: Época-Por Mariano Blanco

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